El frigorífico o nevera forma parte del conjunto de electrodomésticos imprescindibles del hogar, junto con la lavadora o el microondas. Que se estropee implica que también se echen a perder todos los alimentos que tenemos dentro, aumentando así el derroche de comida y los gastos. El problema más común de lo frigoríficos que es que de un momento a otro dejen de enfriar, lo que de un primer instante suponga un problema para alimentos que tienen que conservarse siempre frescos, como frutas, verduras o lácteos.
Si tu frigorífico ha dejado de enfriar tus alimentos, sigue leyendo este post para que puedas descubrir cuáles son las posibles causas y posteriores recomendaciones para un buen mantenimiento.
Posibles causas para que un frigorífico no enfríe
Los motivos más comunes por los que este electrodoméstico deja de enfriar son los siguientes:
Termostato mal regulado
Cuanto más bajos estén los grados de temperatura, más energía gasta el frigorífico, así que es posible que hayas decidido subir la temperatura general y por eso algunos alimentos que deberían estar más frescos no lo están tanto. Debes regular el termostato a un nivel intermedio, para el cual puedes consultar las instrucciones de tu nevera.
Clase climática
Se trata del rango de temperatura ambiente en el que el frigorífico funciona sin problemas, que suele estar entre los 16 y los 32ºC. Si tu cocina es una estancia de tu hogar en la que hace calor, es posible que tu nevera se encuentre fuera de este intervalo, y por lo tanto, que deje de enfriar. La clase climática está especificada en el manual de instrucciones.
Poca ventilación por el poco espacio
Si tienes constantemente tu frigorífico hasta arriba de alimentos, es posible que el aire frio no se esté distribuyendo de forma uniforme por todo el espacio, además de que puedes bloquear las salidas del aire.
Otra causa similar es que tengas el frigorífico demasiado pegado a la pared, de forma que el aire caliente no puede ser expulsado totalmente. Despégalo durante un tiempo y cuando lo coloques, procura dejar un espacio entre la parte trasera de la nevera y la pared.
Abrir constantemente la puerta
Esta causa es la más común cuando hace calor, como en los meses de verano, ya que el aire caliente del ambiente entra dentro del frigorífico y cuesta más que los alimentos se enfríen.
Nevera desenchufada de la corriente
Puede ocurrir que hayas desenchufado el electrodoméstico para limpiar o por cualquier otro motivo y que se te haya olvidado volver a enchufarla. Si la nevera sigue haciendo su ruido característico o si la luz interior sigue encendiéndose, entonces sabrás que no es por este motivo.
Congelación de la nevera
Mira si se ha formado hielo o escarcha dentro del compartimento del frigorífico, ya que esto provoca que los alimentos no se enfríen lo suficiente.
SI tu frigorfíco es No Frost, esto no te ocurrirá, ya que este sistema previene que se forme hielo o escarcha. Lo que debes hacer es comprobar el ventilador del congelador y ver si funciona correctamente.
Termostato roto
Si el electrodoméstico está enchufado pero el motor no produce ningún ruido, es más que probable que el termostato se haya roto, por eso no enfría. Si este es el caso, debes llamar al servicio técnico, pero antes comprueba que tu nevera aún esté en garantía para ahorrarte los gastos de contratación.
Recomendaciones para el buen mantenimiento de tu nevera
- Evita la exposición del frigorífico al sol. Recoloca el electrodoméstico en un lugar de tu cocina donde no le dé el sol de forma directa, ya que si no estará sometido a altas temperaturas y puede poner en peligro su buen funcionamiento.
- Revisa la temperatura según la estación del año.
- Descongela el frigorífico de vez en cuando para quitar el hielo formado y así evitarás que obstruya los conductos de ventilación y que consuma más energía de la necesaria.
- Ventila el frigorífico. Como ya te hemos mencionado, debes evitar llenarlo de forma excesiva, y si lo haces, ten en cuenta las salidas de aire; además de separarlo un poco de la pared, para que pueda fluir el aire caliente.
- Abre menos la puerta. Piensa qué alimentos o bebidas vas a necesitar y saca todo a la vez, sobre todo en los meses del año más cálidos. De esta forma evitarás que entre aire caliente y se escape el aire frío.
- Todo lo que metas que esté a temperatura ambiente. De esta forma, la nevera no tendrá que emplear más energía para enfriar los alimentos.