Si estás pensando en cambiar tu cocina es normal que dudes entre colocar una placa de inducción o una placa vitrocerámica. Cada una de ellas tiene unas ventajas y unos inconvenientes en función del uso que les vayas a dar. Por eso, en All Zone te queremos enseñar las 7 diferencias entre placa de inducción o vitrocerámica y ayudarte en tu elección.
En este post nos hemos centrado en la diferente forma de funcionamiento, el uso variable, la velocidad a la que calientan, su seguridad, la facilidad de limpieza, el consumo y el precio.
Forma de calentar
Ambos dispositivos sirven para cocinar gracias al calor, pero utilizan mecanismos diferentes. Las placas de inducción funcionan mediante ondas electromagnéticas que lo agitan rápidamente. Esa energía se transforma en calor dentro del recipiente, permitiéndote cocinar lo que desees. La placa además detecta la forma y dónde se ha colocado el recipiente.
Las vitrocerámicas por otra parte, funcionan gracias a unas resistencias eléctricas colocadas debajo del cristal, que lo calientan. La olla o sartén se coloca encima de la zona.
Esta forma de funcionar hace surja otra diferencia: la versatilidad.
Versatilidad de las placas de inducción y de las vitrocerámicas
La forma de calentar de la placa de vitrocerámica hace que sea mucho más versátil. Si eres una persona que disfruta cocinando y dando diferentes matices a cada plato, es mejor que utilices una vitrocerámica. Se puede regular mejor el nivel de calor que se aplica, o utilizar el calor residual en tu beneficio con diferentes técnicas culinarias, imposibles de realizar con otro tipo de placa.
Con las placas de inducción no tienes tanto control y son mejores para realizar platos más sencillos. Aunque la verdad es que una persona que haga un uso normal de la cocina, no echará en falta nada en la inducción.
También debes tener en cuenta que existen las placas de flex inducción. Son placas que no están limitadas por zonas de cocción y permiten cocinar con utensilios redondos, cuadrados y de cualquier tamaño en cualquier punto de la placa, ya que detectan el recipiente y concentran el calor en él. Esto hará que cocinar con varios recipientes sea mucho más fácil y aprovechar todo el espacio de la placa. En ese aspecto te dará más versatilidad que una cocina con los fuegos delimitados.
Rapidez
Las placas de inducción son más rápidas que las vitros, aunque no permitan tanto margen a la hora de cocinar. Es ideal para personas que no tengan demasiado tiempo libre, ya que es capaz de calentar las ollas o sartenes a gran velocidad.
Una vitrocerámica es más lenta, así que gastarás más tiempo en tu día a día al cocinar.
Seguridad: menos riesgos que con una cocina de gas
Los dos tipos de placas son muy seguras. Suelen contar con apagado automático para prevenir olvidos, aviso de calor residual o sistemas antiincendios.
Sin embargo, si es necesario decidirse por una, sería las de inducción. Esta placa solo se calienta al entrar en contacto con el recipiente, evitando accidentes con las mascotas o los niños de la casa que puedan tocar la zona de cocción. Además, una placa de inducción solo puede llegar a hasta los 65ºC , mientras que la vitrocerámica se calienta hasta los 400 o 500°C (depende de su potencia). Así que un accidente es menos probable al haber menos temperatura.
En cualquier caso, las dos opciones son mucho más seguras que una cocina de gas tradicional.
Limpieza
Ambas se pueden limpiar fácilmente, ya que están hechas de cristal liso. Solo hace falta un trapo y un buen producto para dejarlas implacables.
No obstante, el uso del calor residual también influye. En una placa de inducción podrás enjuagar la zona el segundo después de haber retirado el cazo o sartén, ya que no te quemarás.
Con una vitrocerámica, tendrás que esperar unos minutos para poder pasar un trapo, por lo que la suciedad estará más seca y será más difícil de limpiar porque tendrás que «rascar» si se derrama algo encima. Además, se necesitan productos especiales para no arañarla y que dure más tiempo.
Consumo de las placas vitrocerámicas vs placas de inducción
El precio de la luz está por las nubes, por eso es importante tenerlo en cuenta a la hora de comprar cualquier tipo de electrodoméstico para ahorrar.
Las placas de inducción son más eficientes en este caso. Tiene mucho que ver con su velocidad al calentar y la forma de hacerlo. Al ser mucho más rápidas, estarán mucho menos tiempo encendidas también. Por ejemplo, si quieres hervir una olla con agua, una placa de inducción tardará 5 minutos y una vitrocerámica 10, con la diferencia de energía que conlleva.
Además, las placas de inducción producen el calor de una forma más instantánea, constante y que se traspasa directamente a su recipiente. En una vitrocerámica el calor se “desperdicia” más y por eso el consumo también es mayor.
Precio: las placas de inducción son rentables a largo plazo
En este apartado se encuentran mayores diferencias entre placa de inducción o vitrocerámica. En general, las placas de inducción son más caras que las vitrocerámicas, pero gracias a su menor consumo se puede llegar a compensar.
En cualquier caso, el precio de las placas de inducción suelen ser bastante razonable, ya que es un producto que vas a usar varias veces al día durante muchos años. Por ejemplo, la placa de inducción Cata IB6303BK con 3 fuegos cuesta 218,08€ con el descuento de AllZone. Una vitrocerámica similar, la Beko HIC63401T con 3 fuegos sale por 180,19€.
También hay que tener en cuenta que las placas de inducción necesitan un menaje diferente y especial, que puede ser algo más caro que las ollas o sartenes tradicionales.
En conclusión, hay varias diferencias entre placa de inducción o vitrocerámica. Si buscas una opción más económica, que implique no cambiar casi todos tus utensilios de la cocina, la mejor opción es una placa vitrocerámica.
Las placas de inducción tienen otras ventajas: son más seguras, ahorran tiempo de cocina y son más fáciles de limpiar, aunque sean algo más caras.